Los robos de motocicletas se intensifican durante esta temporada del año, por ello, los cerrajeros siempre recomiendan tomar medidas preventivas en casas y vehículos. También es la época en la cual los cuerpos de seguridad descubren maneras muy creativas para ejecutar este acto delictivo, como lo ha demostrado una pajera de ladrones que empleaban la tecnología para llevar a cabo los robos.

Los ladrones del localizador

Ahora se les conoce como los ladrones del localizador y se trata de dos personas que han sido detenidas y acusadas del robo de 25 motocicletas en un lapso de tiempo de 2 meses. Debido a su rápido crecimiento en los robos, los Mossos d’Esquadra lograron detectar el modus operandi y así dar con estos delincuentes.

Siempre hacían lo mismo, utilizaban el localizador, robaban la moto y la vendían, incluso, en algunos casos, robaron la misma moto más de una vez. Los agentes han logrado recuperar nueve motocicletas, de las 25 que han sido denunciadas como robadas.

Modus Operandi

El modus operandi que aplicaban estos ladrones demuestra toda la premeditación en cada uno de sus robos, porque todo este proceso se dividía en varias fases.

Lo primero que hacían, era localizar una moto que les interesara en la calle, y le colocaban un dispositivo de localización, así podían hacer seguimiento de la rutina del propietario, a donde aparcaba con regularidad, si contaba con la protección de un garaje privado y otros datos de interés para los ladrones.

La segunda fase de su plan consistía en forzar el acceso a un aparcamiento cerrado, así podían manipular el interior de la motocicleta sin ser vistos y modificar la centralita de la moto con un dispositivo electrónico casero, que les permitía encender la moto y poder llevarse el vehículo de dos ruedas, en marcha. Sin embargo, no lo hacían de inmediato, porque primero verificaban si el propietario contaba con un dispositivo localizador, por lo que dejaban la moto estacionada en otro sitio.

De esta manera, evitaban el riesgo de que localizaran alguna moto robada en el taller mecánico que les compraba el botín. Luego de un tiempo que consideraban prudente, si el dueño no aparecía a recuperar su moto, las llevaban al taller y vendían la moto por 500 euros.

Qué ocurría con las motos una vez en el taller

Los ladrones entregaban las motos robadas al taller y recibían su pago por cada una de ellas. En el taller, las motocicletas eran desmanteladas para revender sus piezas, en algunos casos, la motocicleta completa era enviada a algún país extranjero para su venta.

Los Mossos d’Esquadra lograron dar con toda esta operación, y han detenido a los ladrones con más de 12.500 euros provenientes de la venta ilegal de las motos robadas, por 500 euros cada una.

Llevaron a los ladrones a disposición judicial, sin embargo, los detenidos fueron puestos en libertad con cargos. Por este motivo, se recomienda a los propietarios de motocicletas, scooters, trails, deportivas y naked, entre otras, que tomen sus previsiones y así evitar ser una víctima más de este tipo de robos.

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